jueves, 21 de noviembre de 2013

El aborto desde la medicina

El doctor Rodolfo Fernández Trillo, es uno de los médicos más prestigiosos e importantes de la ciudad de La Plata, encargado del sector de salud de IOMA y médico de cabecera de varios institutos psiquiátricos de la zona.

¿Cuáles son los métodos habituales en la práctica del aborto?

El aborto provocado tiene por objeto la destrucción del hijo en desarrollo en el seno materno o su expulsión prematura para que muera. Para conseguir este resultado se suelen usar diversos métodos que en otras circunstancias se emplean normalmente también en ginecología y obstetricia, y que se eligen atendiendo a los medios de que se disponga y a la edad del feto que hay que suprimir. Los métodos más utilizados son: aspiración, legrado, histerotomía ("mini cesárea"), inducción de contracciones e inyección intraamniótica.

¿Puede decirse que estos métodos sean seguros para la vida o la salud de la madre?

No. La palabra "seguridad" no viene de la mano de estas situaciones. En los abortos por aspiración existe el riesgo de infecciones e incluso de perforación del útero, y que a la hemorragia se una la lesión de órganos abdominales de la madre. Este riesgo se incrementó en los abortos por legrado. En los abortos por inducción de contracciones las complicaciones más graves son las hemorragias y las embolias, y en las "mini cesáreas" se corre el riesgo de desgarros de la cicatriz y de infecciones sobreañadidas. En las inyecciones intraamnióticas puede producirse el paso de las sustancias tóxicas al sistema circulatorio de la madre. Es cierto que estas complicaciones no son muy frecuentes y que la mortalidad materna no es alta (aunque hay complicaciones y hay muertes), pero existen secuelas importantes derivadas de estas manipulaciones, que pueden influir seriamente en el desarrollo de embarazos posteriores. Hay que mencionar también aquí el alto riesgo de alteraciones psíquicas que pueden aparecer muchas veces de forma tardía. El aborto supone frecuentemente para la madre, aunque se someta a él voluntariamente, un fuerte trauma psíquico. Por eso, es fundamental para la mujer, si es que va a realizar un aborto con todo lo que conlleva, hacerlo bajo una estructura legal y equipada con todas las condiciones necesarias para que sea una operación exitosa y con las mínimas secuelas posibles.

¿Existen otros métodos, más peligrosos para la madre, que se usan en el aborto clandestino?

Sí. Desde hace muchos años existen testimonios históricos de abortos provocados, con gran riesgo para la vida de la madre. Hoy en día siguen usándose métodos caseros en los abortos clandestinos.

¿No sería mejor entonces, legalizar el aborto para evitar los riesgos de esos abortos clandestinos, o para que las mujeres más pobres no estén en inferioridad de condiciones respecto a las de clase alta?
Legalizando el aborto se garantiza un mejor lugar, equipado y respaldado por buenos médicos para preservar la salud de la madre y evitar posibles tragedias, además de que en un país como argentina, es muy necesario ya que esta, en su mayoría es una problemática que atañe a las mujeres más pobres y carenciadas de la sociedad las cuales se verían mayormente beneficiadas de la puesta en marcha de un proyecto de estas características. Sin embrago, también es muy importante, tanto como la legalización, formar un consenso social para este fenómeno, ya que, a pesar de la legalización, por distintos motivos prejuiciosos tanto en la clase alta como la clase baja, no me quedan dudas que los abortos clandestinos y privados seguirán ocurriendo.

La cuestión del aborto, ¿no es un problema de conciencia de la mujer, al que debe ser ajeno el Estado?
No creo que sea así, ya que la misma conciencia de la mujer a lo largo de su vida es moldeada por la educación, los derechos y los rituales que adquiere y consume por parte del estado. Por lo tanto, el estado de determinado país es también responsable del camino que tomo la persona y la decisión que tomara con respecto del aborto. El aparato estatal debería ser capaz de proveer en caso de que se decida hacer un aborto, las condiciones necesarias para hacerlo de forma sana y correcta.

Entonces, ¿tienen los Estados obligación de despenalizar la práctica del aborto?
Los Estados tienen obligación de poner los medios, también los jurídicos, para que se posibilite un derecho, del mismo modo que tienen obligación de poner los medios necesarios para que se respeten y se cumplan otros derechos como el de la seguridad, que no se viole o se robe; y conforme a las técnicas jurídicas actuales, la tipificación penal del aborto como delito es la medida jurídica que a fin y al cabo atenta contra la seguridad de la vida de muchas madres de distintos estratos sociales.

¿Significa esto que el Estado debe sancionar en sus leyes todo lo que la moral prohíbe?
No. El Estado sólo debe sancionar aquellas conductas inmorales que entran en el ámbito de su competencia por no agotarse en el terreno de la intimidad de las personas, y siempre que las normas jurídicas sean un instrumento técnicamente apto para evitar que se haga lo que se prohíbe. Todo ello sin perjuicio de la prudencia exigible al legislador para saber en cada caso hasta dónde puede y debe llegar, pues a veces es admisible la tolerancia con el mal por la imposibilidad de erradicarlo y si su prohibición pudiese causar males todavía mayores.

En conclusión, ¿cuáles serían los efectos de la despenalización del aborto?
La mayoría de los médicos somos concientes de que la despenalización del aborto no reducirá los índices de nacimientos o embarazos, lo que si reducirá drásticamente, con un buen aparato encargado de resguardar la salud de las madres, será las muertes de las madres por mala praxis de los abortos clandestinos.

Ignacio Mazzei

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